VENDIENDO A PAPÁ, comercializando festividades


POR ARTURO RAMIREZ
 
 
 
 

Nuestra profesión está estigmatizada como generadora de necesidades y promotora del consumismo, en gran medida gracias a la «temporada de días festivos»:

  • Reyes Magos.
  • San Valentín/Día del «amor» y la «amistad» (la joya de la corona).
  • Día del Niño.
  • 10 de mayo.
  • Día del padre.
  • Halloween/Día de muertos.
  • Navidad. 

Hoy quiero analizar un poco la idiosincracia que rodea a la festividad que está próxima a celebrarse: el Día del Padre.

En nuestro México; como en casi todo el mundo, el Día de la madre sigue siendo la fecha que acapara los sentimientos familiares y reflectores promocionales; en consecuencia, el Día del Padre suele ser relegado a un segundo plano.

Esto se debe en gran medida debido a que rol del la figura paterna estaba enfocado en ser proveedor por lo cual; debido a en ese rol, el ausentismo y distanciamiento de la figura paterna del hogar y el día a día de los hij@s era aceptada y hasta celebrada.  Papá era aquel que llegaba en la noche; si es que llegaba, y con quien se nos amenazaba si no nos portábamos bien o no cumplíamos con nuestros deberes: «le voy a decir tu papá cuando llegue».  Este estigma tiene la contra parte de «Mi papá mi súper héroe» debido a que el tiempo de convivencia era tan escaso, que muchas veces contrapunteaba y cancelaba los castigos de mamá, privilegiaba las actividades recreativas y era quien organizaba las vacaciones, lo que a nuestros infantiles ojos lo hacía ver como quien nos rescataba en momentos de necesidad o con quién la diversión estaba asegurada.¡

Este fue el paradigma que nosotros; Generación X, conocimos de la  paternidad: una figura distante, más atento a los logros funcionales que a los emocionales, proveedor de diversión más que de educación.  Fue nuestra generación la que ha intentado «reinventar» o evolucionar el rol paterno y llevarlo a ser una figura más involucrada desde nuestras las labores del hogar; cocinando, limpiando, etc, hasta apoyando a nuestras parejas en su crecimiento personal y profesional y; por su puesto, con un rol más activo en la educación y crecimiento de nuestros hijos.

Desde el aspecto publicitario, hasta el día de hoy efectivamente los anuncios para el día del padre estaban orientados a «si no le compras esto, no eres un buen hijo» es decir generaba un sentimiento de culpa en los hijos más que de gratitud y conexión.  Afortunadamente, esta nueva manera de entender la paternidad también esta permeando al mundo publicitario en aras de  crear empatía en torno al Día del Padre, dandole el peso significativo que realmente tiene en nuestras vidas la figura de nuestro papá, e intentando despertar las emociones que todos sentimos hacia él. 

Como siempre, para muestra bastan algunos botones.  Los anuncios que pondré como muestra ejemplifican al 100% que no es necesario vender un producto para el día del padre, si no que pueden despertarse y atacarse los sentimientos que todos como papás tenemos hacia nuestros pequeños.

A título personal, intento ser para mis hijas, algo más que ser solamente una figura de autoridad ausente a la cual hay q tener respeto; y algo de miedo. Desde experiencia como padre de 3 princesas, creo firmemente que ser papá significa ser guía, consejero y un respaldo que siempre va a estar para mis ellas cuando tropiecen para ayudarlas a levantar vuelo nuevamente, siempre atento a sus necesidades, sus gustos y sin juzgar sus preferencias, simplemente acompañándolas en su desarrollo y dándoles herramientas para enfrentarse al mundo, aprendiendo a ser mejores para ellas en cada paso que damos juntos.

DEL AUTOR: Arturomerka. Brandologo, marketero y conferencista.

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Director general en Creativoros Branding Estratégico.

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